domingo, 18 de septiembre de 2016

Los Sucesos


Los cambios climáticos producidos por la colisión de las placas tectónicas provocaron la formación de toda una serie de casquetes de hielo que sumieron el planeta en un invierno de miles de años de duración. A medida que las temperaturas y los índices de pluviosidad descendieron, los bosques fueron reemplazados por praderas los pájaros desarrollaron nuevos patrones migratorios y los animales se vieron obligados a adaptarse o morir.

Hace unos cuatro millones de años, cierta rama de primates arborícolas comenzó a experimentar un nuevo modo de vida: se aventuró por las praderas, donde algunos de ellos llegarían a ser bípedos. Su capacidad cerebral se incrementé gracias a la novedosa experiencia de utilizar las manos (ahora libres) para fabricar herramientas que les ayudaran a sobrevivir en las más duras condiciones climáticas. Aquellos chimpancés bípedos evolucionaron rápidamente hasta con vertirse en criaturas como tú y como yo, simios que aprendieron a hablar, a cantar, a hacer fuego. Incluso aprendieron a pintar.

Varias especies de humanos poblaron los continentes durante al menos dos millones de años y viajaron de un lugar a otro, llevando con ellos a sus hijos y compartiendo todo lo que tenían, sin propiedad pri vada —cuantas menos cosas.hubiera que transportar, tanto mejor—. No había leyes, ni lugares a los que estuviera prohibido ir. Vivir en armonía con la naturaleza significaba mudarse periódicamente y así dar a la tierra tiempo para recuperarse. La población alcanzó los cinco millones de individuos.

Primero Australia y después las Américas se vieron sacudidas por el desastre, ya que hace entre 40.000 y 10.000 años, la mayoría de los grandes mamíferos se extinguieron, lo que privaba a aquellos ecosistemas de los beneficios de algunas de las criaturas más poderosas del reino animal, tales como bóvidos, caballos y camellos. Entonces, hace unos 12.700 años, se produjo un repentino cambio climático; la última Edad de Hielo llegó a su fin y, tras ella, los habitantes del Mediterráneo y Oriente Medio, en un intento por sobrevivir, se aventuraron en el desarrollo de una forma de vida experimental. Descubrieron cómo manipular la naturaleza por medio de la selección artificial, aprendieron a cultivar la tierra y a domesticar a los animales.

Una vez que el clima se hubo estabilizado, algunos grupos desarrollaron una forma de vida nómada, pero ahora podían llevar consigo a sus rebaños domesticados de vacas, ovejas, cerdos y cabras. Otros grupos construyeron asentamientos más permanentes, pueblos y ciudades, donde la práctica de la agricultura proporcionaba excedentes que servían para alimentar a una población que había dejado de estar ligada a la tierra.

Aparecieron los primeros sacerdotes, reyes, artesanos, comerciantes y esclavos. En la incansable marcha hacia el nuevo mundo de las civilizaciones, la tradicional relación entre el ser humano y el resto del reino natural comenzó a alterarse, hasta alcanzar límites insospechados.

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